Todo buque que se precie, sabe que su mejor destino es encallar y naufragar.
Cuando nací, ya existía el asfalto, letras de molde, conversaciones telefónicas, leyes y circos ambulantes. En este momento de mi vida, no me puedo ir de este mundo sin devolver algo de lo que la cultura me dio e hizo de mi. Es decir que el procesamiento de todo lo que recibí debe ser transmitido de alguna manera.
Empezando con mi ideología es decir con aquello que venía impreso en las proteínas de la leche de mi madre. Y que ahora me delatan al escribir estas líneas.
Un blog o un cuaderno de bitácora, es la forma que más me cabe para ese intento. Versará sobre el psicoanálisis en primer término, que me permitió varias vidas. Y al que vivió varias vidas le tocan varias muertes. Eso sí, las muertes que vengan, pero sin drama más bien con humor.
Contendrá algo de literatura , de cine, de ciencia y de todo aquello que mi curiosidad y mi estética me permitan.
Estamos hecho de letras acodadas por carne triturada por un real que siempre nos recuerda nuestro origen carroñero. Algo de esto se verán en este intento. Por lo demás incluiré también todos los escritos de aquellos que me gusten y me lo permitan.

domingo, 27 de junio de 2010

Frases inteligentes 3.

En la fidelidad esta la pasión de la propiedad. Hay muchas cosas que abandonaríamos si no temiéramos que otros las recogiera. O. Wilde.

Solo se pierde lo que nunca se ha tenido. J. L. Borges.

A la inconstancia de las mujeres a quien amo no le iguala más que la infernal constancia de las mujeres que me aman. Bernard Shaw.

La coma es una pausa en la oración; el coma es una pausa seguida de una oración. Luis Alposta.

Enamorarse es crear una religión cuyo dios es falible. J. L. Borges.

El infierno y el paraíso me perecen desproporcionados. Los actos de los hombres no merecen tanto. J. L. Borges.

La función del médico, como la del sacerdote, no se limita al tiempo que uno le dedica a ella. Jaques Lacan.

Ella acepta su enfermedad como proveniente de Dios. Así no podré curarla. Dios.

Yo creo bastante en la suerte. Y he constatado que, cuanto más duro trabaje, más suerte tengo. T. Jefferson.

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