Todo buque que se precie, sabe que su mejor destino es encallar y naufragar.
Cuando nací, ya existía el asfalto, letras de molde, conversaciones telefónicas, leyes y circos ambulantes. En este momento de mi vida, no me puedo ir de este mundo sin devolver algo de lo que la cultura me dio e hizo de mi. Es decir que el procesamiento de todo lo que recibí debe ser transmitido de alguna manera.
Empezando con mi ideología es decir con aquello que venía impreso en las proteínas de la leche de mi madre. Y que ahora me delatan al escribir estas líneas.
Un blog o un cuaderno de bitácora, es la forma que más me cabe para ese intento. Versará sobre el psicoanálisis en primer término, que me permitió varias vidas. Y al que vivió varias vidas le tocan varias muertes. Eso sí, las muertes que vengan, pero sin drama más bien con humor.
Contendrá algo de literatura , de cine, de ciencia y de todo aquello que mi curiosidad y mi estética me permitan.
Estamos hecho de letras acodadas por carne triturada por un real que siempre nos recuerda nuestro origen carroñero. Algo de esto se verán en este intento. Por lo demás incluiré también todos los escritos de aquellos que me gusten y me lo permitan.

domingo, 27 de junio de 2010

Frases inteligentes 3.

En la fidelidad esta la pasión de la propiedad. Hay muchas cosas que abandonaríamos si no temiéramos que otros las recogiera. O. Wilde.

Solo se pierde lo que nunca se ha tenido. J. L. Borges.

A la inconstancia de las mujeres a quien amo no le iguala más que la infernal constancia de las mujeres que me aman. Bernard Shaw.

La coma es una pausa en la oración; el coma es una pausa seguida de una oración. Luis Alposta.

Enamorarse es crear una religión cuyo dios es falible. J. L. Borges.

El infierno y el paraíso me perecen desproporcionados. Los actos de los hombres no merecen tanto. J. L. Borges.

La función del médico, como la del sacerdote, no se limita al tiempo que uno le dedica a ella. Jaques Lacan.

Ella acepta su enfermedad como proveniente de Dios. Así no podré curarla. Dios.

Yo creo bastante en la suerte. Y he constatado que, cuanto más duro trabaje, más suerte tengo. T. Jefferson.

Masa.

Poema. Cesar Vallejo.

Al fin de la batalla,
y muerto ya el combatiente, vino hacia él un hombre
y le dijo: "No mueras, te amo tanto!"
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Se le acercaron dos y repitiéronle:
"No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!"
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil,
clamando: "¡Tanto amor y no poder nada contra la muerte!"
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Le rodearon millones de individuos,
con un ruego común: "¡Quédate, hermano!"
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Entonces, todos los hombres de la tierra
le rodearon; les vió el cadáver triste, emocionado;
incorporóse lentamente,
abrazó al primer hombre; echóse a andar...

La media no es el mensaje

Stephen Jay Gould (10/9/1941-20/5/2002) murió de cancer después de haber combatido con fuerza y humor -como muestra este artículo- su enfermedad durante veinte años.
Stephen Jay Gould era paleontólogo, biólogo evolucionista, historiador y divulgador de la ciencia. Entre sus mejores libros figuran La falsa medida del hombre, La sonrisa del flamingo, Bully el Brontosaurio y Wonderfuli.

Mi vida recientemente y en carne propia se ha cruzado con dos de las más famosas frases de Mark Twain. Una de ellas la dejo para el final de este pequeño ensayo. La otra (a veces atribuida a Disraeli), identifica tres especies de mentiras, cada una peor que la anterior: mentiras, condenadas mentiras y estadísticas.
Consideremos un ejemplo típico de forzar la verdad con números: un caso bastante relevante para mi historia. Las estadísticas reconocen diferentes medidas de "promedio", o tendencia central. Media es el concepto que utilizamos para un promedio general: sumar las partes y dividirlas por el número de ellas (en un mundo justo, cinco niños que hubieran recogido 100 piruletas tocarían a veinte cada uno). La mediana, otro tipo de medida diferente de una tendencia central, es el punto medio. Si ordeno cinco niños por su altura, el niño mediano será más bajo que dos y más alto que los otros dos restantes (así que quizá tenga problemas en obtener su media de las piruletas compartidas). Un político en el poder podría decir con orgullo "La media de ingresos de nuestros ciudadanos es de 15.000 dólares por año". Y el líder de la oposición podría responder, "pero la mitad de nuestros ciudadanos tiene menos de 10.000 dólares por año". Los dos tendrían razón pero ninguno estaría utilizando una estadística de forma imparcial. El primero de los políticos se refiere a la media, el segundo a la mediana. (En un caso como éste las medias son más altas que las medianas porque un millonario sirve de contrapeso a cientos de personas pobres a la hora de establecer la media; pero compensará a un solo mendigo a la hora de calcular la mediana).
Lo que crea una desconfianza o sospecha general aún mayor hacia las estadísticas es algo todavía más problemático. Mucha gente establece una desafortunada e inválida separación entre el corazón y la mente, o entre el sentimiento y el intelecto. En algunas tradiciones contemporáneas, generadas por actitudes estereotipadas en el Sur de California, los sentimientos son exaltados como más "reales" y como la única base adecuada para la acción - si te hace sentir bien, hazlo- mientras que el intelecto se considera una carencia emocional propia de un elitismo pasado de moda. Las estadísticas, en esta absurda dicotomía, a menudo son el símbolo del enemigo. Así lo expresó Hilaire Belloc "Las estadísticas son el triunfo del método cuantitativo, y el método cuantitativo es la victoria de la esterilidad y la muerte."
Esta es una historia personal sobre las estadísticas, que interpretada adecuadamente resultará profundamente edificante y vivificadora. Declara la guerra total al descrédito del intelecto, contando una pequeña historia sobre la utilidad del árido y académico conocimiento sobre la ciencia. El corazón y la cabeza son los puntos vitales de un cuerpo, de una personalidad.
En Julio de 1982, me enteré de que padecía de un mesotelioma abdominal, un cáncer raro y grave normalmente asociado a la exposición al amianto. Cuando me desperté después de la operación, la primera pregunta que formulé a mi doctora y quimioterapeuta fue: "¿Dónde puedo encontrar la mejor información técnica sobre el mesotelioma?" Ella diplomáticamente contestó (en la única ocasión en la que se apartó de la más estricta franqueza), que la literatura médica no contenía nada que mereciera la pena leer.
Desde luego, intentando mantenerme intelectualmente al margen de la literatura técnica sobre el tema como la castidad recomendaría al Homo sapiens, el primate más sexual de todos, en cuanto pude caminar, me fui derecho a la biblioteca de medicina de Harvard y tecleé mesotelioma en el programa de búsqueda bibliográfica del ordenador. Una hora después rodeado por los últimos trabajos sobre mesotelioma abdominal, me di cuenta, tragando saliva, de por qué mi doctora me había dado esa respuesta tan humana. La literatura no podía ser más brutalmente clara al respecto: el mesotelioma es incurable, con una esperanza de vida media de sólo ocho meses a partir de su diagnóstico. Permanecí sentado completamente conmocionado durante unos quince minutos, después sonreí y me dije a mí mismo: por eso es por lo que no querían que leyera nada sobre el tema. Gracias a Dios, mi mente empezó a trabajar de nuevo.
Acababa de tropezar con un ejemplo típico del peligro de saber poco sobre algo. La actitud, claramente, importa en la lucha contra el cáncer. Aunque no sepamos por qué (desde mi vieja posición materialista, sospecho que los estados mentales retroalimentan el sistema inmunológico). Pero al comparar a personas con el mismo cáncer, edad, clase social, estado de salud, y nivel socioecómico, en general, aquellos con actitudes positivas, con voluntad y ganas de vivir, empeñados en luchar contra la enfermedad, con una respuesta activa para ayudar en su propio tratamiento y no aceptando pasivamente lo que los médicos dicen, tiende a vivir más tiempo. Unos meses después le pregunté a Sir Peter Medawar, mi gurú científico personal y premio Nobel en inmunología, cuál sería la mejor receta para tener éxito en la lucha contra el cáncer. "Un temperamento sanguíneo", contestó. Afortunadamente (dado que uno no puede cambiar de forma de ser a voluntad ni para un propósito definido), soy, si es que soy algo, una persona tranquila y confiada en ese sentido.
De ahí el dilema para los médicos humanos: dado que la actitud importa de una forma tan crucial, ¿deberían informar de expectativas tan sombrías, especialmente teniendo en cuenta que sólo unas pocas personas son capaces de comprender adecuadamente lo que significan tales afirmaciones estadísticas? De mis años de experiencia con la evolución a pequeña escala de las serpientes de tierra de las Bahamas, estudiadas cuantitativamente, he desarrollado este tipo de conocimiento técnico y estoy convencido de que ha sido un factor muy importante para salvar mi vida. Como dice el proverbio de Bacon, el conocimiento es realmente poder.
El problema se puede resumir de la forma siguiente: ¿Qué significa en lenguaje corriente que "la esperanza de vida media es de ocho meses"? Supongo que la mayor parte de la gente sin conocimientos de estadística, lo interpretaría como "probablemente moriré en ocho meses" - la única conclusión que debemos evitar, porque no es cierta y porque la actitud es tan importante.
Por supuesto no estoy diciendo que estuviera loco de alegría, pero tampoco que fuera esa la interpretación que hacía. Mi entrenamiento técnico me proporcionaba otra perspectiva para entender "esperanza de vida media de ocho meses". La diferencia es sutil pero profunda, tiene que ver con la forma peculiar de pensamiento de mi campo de estudio de la biología evolucionista y de la historia natural.
Todavía cargamos con el equipaje histórico de la herencia platónica, que busca esencias bien definidas y límites definitivos. (Así confiamos en encontrar un "principio de vida" que no sea ambiguo o la "definición de la muerte", aunque la naturaleza se nos presente como un continuo irreductible). Esta herencia platónica, con su énfasis en las distinciones claras y las entidades inmutables separadas, nos conduce a entender las medidas estadísticas referidas a tendencias centrales de forma equivocada, realmente en oposición a una interpretación adecuada para nuestro mundo actual de variación, sombras y continuo. En resumen, entendemos las medias y las medianas como "realidades" duras, y la variación que permite su cálculo como un conjunto de mediciones transitorias e imperfectas de una esencia oculta. Si la media es la realidad y la variación a su alrededor un simple recurso que permite establecer el cálculo, entonces el "probablemente estaré muerto dentro de ocho meses" pasa a ser una interpretación razonable.
Pero como todos los biólogos evolucionistas saben la variación en sí misma es una esencia irreductible de la naturaleza. La variación es la dura realidad y no un conjunto de medidas imperfectas de una tendencia central. Medias y medianas son las abstracciones. Por esa razón, empecé a considerar las estadísticas sobre el mesotelioma de una forma bien diferente - y no solamente porque yo sea un optimista que siempre ve la botella medio llena y no medio vacía, sino sobre todo porque sé que la variación en sí misma es la realidad. Y yo tenía que situarme en esa variación.
Cuando me enteré de esa media de ocho meses, mi primera reacción intelectual fue: vale, la mitad de la gente vivirá más de eso; así que ¿cuáles serán mis posibilidades de estar en esa mitad? Leí con furia y muy nervioso durante una hora y llegué, con alivio, a la siguiente conclusión: gracias a Dios poseía todas las características que me concedían una probabilidad alta de vida más larga: era joven; mi enfermedad había sido descubierta en un estadio relativamente temprano; recibiría el mejor de los tratamientos posibles de mi país; tenía un mundo entero por el que me merecía la pena vivir; y sabía interpretar los datos adecuadamente y no desesperar.
Otro aspecto técnico vino a consolarme aún más. Me di cuenta de que la distribución de la variación alrededor de esa media de ocho meses casi seguro que estaría eso que los estadísticos llaman desviada a la derecha (en una distribución simétrica, la variación a la izquierda de una tendencia central es igual a la derecha. En distribuciones desviadas, la variación de un lado de una tendencia central es mayor que en el otro- desviada a la izquierda si es mayor en el lado izquierdo, y desviada a la derecha si es mayor el lado derecho.) Concluí que la distribución de la variación de la estadística sobre el mesotelioma tenía que estar desviada a la derecha. Al fin y al cabo la distribución hacia la izquierda no podía ir más allá del cero (dado que el mesotelioma sólo puede ser diagnosticado en el momento de la muerte o antes). Razón por la cual no hay mucho espacio para la distribución por debajo de la media (o hacia la izquierda) - tiene que estar apretujada entre cero y ocho meses. Pero por encima de la media (o hacia la derecha) puede extenderse por años y años, incluso en el supuesto de que nada haya superado esos ocho meses en los últimos tiempos. La distribución tenía que estar desviada hacia la derecha, y yo necesitaba saber cómo de largo podía ser ese lado, ya que, como he dicho, había llegado a la conclusión de que yo tenía el perfil favorable necesario para estar en esa parte de la curva.
La distribución estaba, de hecho, muy desviada hacia la derecha, con una larga cola (aunque pequeña) que se extendía durante varios años por encima de la media de ocho meses. No veía ninguna razón por la que yo no pudiera estar en esa pequeña cola, y respiré aliviado. Mi conocimiento técnico acababa de ayudarme. Había conseguido leer los gráficos correctamente. Había formulado las preguntas correctas y había encontrado las respuestas. Acababa de obtener, con toda seguridad, el regalo más preciado de todos los posibles en las presentes circunstancias - tiempo. No tenía que parar, así que de inmediato seguí el requerimiento de Isaías a Ezequías - "pon tu casa en orden porque morirás, y no vivirás". Dispondría de tiempo para pensar, para hacer planes y para luchar.
Una cosa más sobre las distribuciones estadísticas. Se aplican sólo a conjuntos determinados de circunstancias - en este caso a la posibilidad de supervivencia al mesotelioma con los tratamientos conocidos. Si las circunstancias cambian, la distribución puede variar. Yo había sido incluido en un tratamiento experimental y, si la suerte ayudaba, podría ser de los primeros en situarme en una nueva distribución con una media más alta y con una desviación derecha mucho mayor que pudiera llegar hasta la muerte por causas naturales en edades muy avanzadas.
En mi opinión, se ha puesto demasiado de moda considerar la aceptación de la muerte como algo equivalente a la dignidad. Por supuesto estoy de acuerdo con el predicador del Eclesiastés de que hay un tiempo para amar y un tiempo para morir - y cuando mi cuerda se acabe espero enfrentar el final con calma y a mi manera. Pero en general, sin embargo, prefiero esa visión más marcial que considera a la muerte como el último enemigo - y, personalmente, no encuentro nada reprochable en aquellos que luchan con coraje contra la extinción de la luz.
Las armas para esta batalla son numerosas, pero ninguna tan efectiva como el humor. Mi muerte fue anunciada en un encuentro con colegas en Escocia, y estuve a punto de tener el enorme placer de leer mi necrológica escrita por uno de mis mejores amigos (el susodicho dudó de la noticia y la comprobó; de hecho él es un estadístico que no esperaba que yo me encontrase en la cola de la derecha). El incidente me proporcionó las primeras auténticas carcajadas después del diagnóstico. Imaginad, casi tuve que repetir la frase más famosa de todas las de Mark Twain: se ha exagerado mucho sobre la noticia mi muerte.

lunes, 14 de junio de 2010

Frases inteligentes 2.

El humor convierte en ambiguo todo lo que toca. Es el gran invento del espíritu moderno. Octavio Paz.

Se ha dicho que todos los hombres nacen aristotélicos o platónicos. Ello equivale a declarar que no hay debate de carácter abstracto que no sea un momento de la polémica de Aristóteles y Platon. J. L. Borges.

Mi mujer en la cama es una cocinera y en la cocina una puta. Groucho Marx.

En este mundo hay solo dos tragedias. Una es no conseguir lo que quieres, y la otra es conseguirlo. La segunda es con mucho la peor: es una autentica tragedia. Oscar Wilde.

Detrás de cada hombre con éxito hay una mujer sorprendida.

Una de dos o lo que nos obsesiona es lo que el deseo y la ardiente pasión nos sugiere o tenemos la razonable preocupación de un futuro mejor. G. Bataille.

Me gustan los hombres que tienen un porvenir y las mujeres que tienen un pasado. O. Wilde.

Comunicarse con los muertos es solo ligeramente más difícil que comunicarse con los políticos.

El 35 como última bola de la noche.

Cuento.Miguel Menassa. Julio de 1998.

El aire y el sol, el mar absoluto y el 35 como última bola de la noche han minado definitivamente mi corazón.
Eso de meterme en el mar y arrancarle a las olas esos sonidos abiertos, esos pensamientos abiertos, esas piernas abiertas de mi amada. Nunca tan abiertas como cuando las olas golpean, en tropel, su pequeño corazón enamorado de toda nuestra juventud, eso de meterme en el mar como un animalito ya lo había hecho, ya tenía una práctica en ello, pero que el Estado, el departamento de Hacienda, rubro Casinos, decidiera pagar mis escapadas al mar, eso nunca me había pasado.
¡Se dan cuenta! darle a un jugador, empedernido y empecinado, que juega toda la noche al 35, el 35 como última bola, se dan cuenta ¡qué locura! ¡qué bravura! ¡qué macho!
Aire, sol, el absoluto mar y el 35 como última bola, han hecho de mí el genio del mar.
Es por todo eso que esta mañana relajada de lunes, sentado en medio de mi pequeño jardín en un pequeño pueblo, Arganda del Rey, debajo de mi pequeño cedro del Líbano, que recuerda a mi padre de origen libanés, escribo estas líneas para agradecer al Estado Español y a todos los periodistas, también, a los de Babelia, que hayan pensado tanto en mí como para que el 35 fuera la última bola de la noche.
Si me lo hubieran contado no lo hubiera creído. Pero el haberlo vivido me da ciertas garantías que cosas así pueden ocurrirme, también a mí. Es decir, que la poesía puede, aunque nadie lo quiera, tener su suerte.
Después, hablando con don Artemidoro, él me dijo que en todos los casinos del mundo el 35 corona alguna de las tres últimas bolas de la noche, pero yo no lo sabía, es decir, que puede haber sido hasta una iluminación, algo fuera de lo común, algo que le ocurre a cierto tipo de seres.
En lo del 35, insistía don Artemidoro, todos los Casinos del mundo y todos los trabajadores se han puesto de acuerdo.
Don Artemidoro, nunca daba una información sin material clínico, es decir, una información sin la historia de la información, era necedad en su pensamiento.
En el verano del 68, prosiguió don Artemidoro, junto con Marlem, visitamos 135 Casinos, esparcidos, podemos decir, por todo el mundo. Y lo del 35 no fallaba nunca, o Marlem o yo, o los dos a la vez, acertábamos el 35. Tal fue así que en el verano siguiente, y ya termino la reflexión, comíamos, hacíamos el amor y dormíamos y llegábamos al Casino a las 4 y media de la mañana, ganábamos y perdíamos como cualquiera pero en las tres últimas bolas, el 35 hacía que nuestras vidas fueran cada vez más cómodas, más lujosas, hasta llegamos a beber té de rosas escandinavas.
Dejamos de jugar porque ya no perdíamos y eso nos inquietó hasta tal punto que dejamos de jugar y yo me hice escritor y Marlem, creo que después fundó un asilo para poetas ricos, porque no pudo bajar el nivel de vida y ella sola no podía controlar todas las mesas para saber en cuál saldría el 35.

Separaciones

Freud señalaba en el prologo del libro de Agusto Aichhorn que existen tres oficios imposibles gobernar, educar y psicoanalizar.
Nosotros agregaremos una mas. Convivir ( en pareja).

UNA SEPARACIÓN MODERNA. FENOMENOLOGIA.

Pareja en crisis, lentamente comienzan a instalarse los síntomas del aburrimiento y la pelea por cualquier banalidad.
La educación de los hijos y las actividades del fin de semana pasan a constituirse en temas centrales y urticantes.
Pero los primeros signos comienzan en la cama. Ella al principio marchaba a la cama ligera de ropa y perfumada, llegaba después que el marido.
Ahora es capaz de entrar en la cama de sur a norte para no arrugarse el camisón e indefectiblemente esta dormida cuando el se va a acostar. Sino el recurso del cansancio o la cefalea.
El era un león, ahora cuando llega tarde se desliza sigiloso como un gato para no despertarla porque ella puede llegar a reclamarle que cumpla con sus deberes matrimoniales, no por deseo sino por simple verificación.
El generalmente esta analizándose, tiene una amante, casi siempre relacionada con su actividad laboral.
Ella es soltera de más de 30 años o separada con hijos. Es decir una desesperada por no estar sola
La esposa no tiene amante, merecería tenerlo. Siempre esta insatisfecha, no manifiesta deseos sexuales, no trabaja o si lo hace es una tarea secundaria y mal paga.
Ella le reprocha todo. Fundamentalmente su indiferencia, su no dialogo, (cuando esta en casa solo mira TV, fútbol y policiales.)
El calla. Se refugia en alguna tarea individual, esta poco en casa. Quiere separarse.
Comprende que la situación es insostenible, pero teme por los hijos. Lo abruma la culpa.
La amante presiona, le pone plazos, amenaza con abandonarlo. Miente.
El percibe la magnitud de su impotencia para resolver la situación. El analista le señala que para un hijo, es preferible tener un padre divorciado que un maricón en la casa .
Empieza a hablar de fechas que sistemáticamente prorroga.
Comienzan los descuidos, alertando a su mujer sobre su posible infidelidad, lo único que logra es una vigilancia más estricta, casi atormentadora. En realidad lo que busca es que la mujer lo eche y lo salve de tomar el la decisión.
Comienza a pensar en las consecuencias prácticas de la separación. Nueva vivienda, explicaciones familiares, duplicación de los gastos, como decírselo a los chicos.
Finalmente luego de varios intentos fallidos lo plantea. El drama se transforma en melodrama. Amenaza de suicidio. Confusión total.
Valija con la mínima ropa, equipo de audio y si tiene mucha suerte la antigua tv blanco y negro es su equipaje.
Deja atrás una casa completa, unos hijos angustiados una esposa deshecha y una sirvienta casi siempre cómplice con ella.
Al principio se hospeda en la casa la de los padres. Eso si nunca solo. (Hasta que me organice y alquile algo.) Llama todos los días a los hijos. El drama es el fin de semana (como siempre), la madre no los quiere largar. Sufre desesperadamente.
Luego lentamente los ve mas seguido. Pero comienza a superponerse los horarios con la amante, Nuevas fuentes de conflicto.
La abandonada intenta sumar a los hijos a su causa, los retiene, con el tiempo descubrirá que puede dejárselos a el y tener mas libertad. Terminara por tirárselos por la cabeza en cualquier ocasión. El siempre los recibe, pero la amante empieza a molestarse un poco.
Ella también siente una razonable preocupación. Ese imbécil puede llegar a ser su nuevo esposo.
El abandonante se refugia también en casa de los amigos. Busca consuelo, fuerzas, disculpas, que lo entiendan, que.....etc.
Misteriosamente aumentan ciertos gastos en su ex hogar, supermercado, luz, teléfono fundamentalmente el teléfono. Para colmo ella quiere analizarse y el tiene que pagarlo, al fin y al cabo todo es por su culpa.
A partir del abandono del hogar por parte del marido se suceden tres etapas en ambos miembros de la pareja.
1ª ETAPA. El culposo y angustiado.
Ella desesperada e incontrolada.
Duración aproximada 1-2 meses. En realidad ambos están bastante locos.
2ª ETAPA. El eufórico. Goza de la libertad y de nuevos proyectos.
Ella verdaderamente triste. Comienza el duelo de la separación.
Duración aproximada 2-4 meses.
3ª ETAPA. El comienza a extrañar la organización familiar. El dinero comienza a ser un engorro, los amigos ya no le dan tanta presencia como el demanda. Los chicos ya no le piden tanto que vuelva al hogar. Tiene dudas sobre todo lo hecho. No termina de adaptarse a la nueva vida. Sobre todo extraña la comida.
Ella empieza a arreglarse más. Algún amigo de el o de sus amigas la invita a tomar un café. La casa le parece mas arreglada y todo esta en orden desde que el se fue.
Empieza a darse cuenta que se saco un clavo de encima.
Duración aproximada 3-4 meses.
4ª ETAPA. El, tras algunos intentos fallidos de reconsiderar las cosas y ahora ante la reticencia de ella comprende que lo definitivo de la situación.
Debe asumir la realidad y orientarse hacia otra mujer. Es decir comienza el mecanismo de la repetición que lo va a llevara un nuevo error.
Ella empieza a comprender que siempre van a existir hombres dispuestos a acostarse con ella pero ninguno a convivir ni a figurar como esposo.
Tiene mas posibilidades de morir en un ataque terrorista que de volver a casarse. Frente a este panorama le quedan dos opciones.
1-Envejecer dignamente. O sea acoplarse a las posibilidades propias de la edad.
2-Enbrujecer (lo más probable) o sea masculinizarse en el peor sentido de la palabra, dedicándose a ganar dinero, quejarse y despreciar a todos los hombres.
Duración aproximada el resto de su vida.

ESTRUCTURA SUBYACENTE.

La separación en una pareja produce un malestar terrible, un stress aniquilante peor aun que en los casos de fallecimiento del cónyuge, en el sentido que la crisis tiene una duración como mínimo de 18 meses en tanto un duelo normal tiene un tiempo mucho mas reducido (alrededor de 6 meses).
Cuando la crisis esta constituida los sujetos entran en una estructura inevitable caracterizada por una forma lógica, rígida pero permutables con el transcurrir del tiempo.
Se constituyen dos lugares claramente definibles:
EL ABANDONANTE. Finca su decisión en un retorno a la libertad, una nueva posibilidad de pareja.
Se idealiza el futuro.
Vivencia la agresividad como único recurso para soportar la separación siendo en realidad, una versión masculina del drama de la niña que ante la decepción fálica o sea del descubrimiento de su falta de pene entra en la etapa edípica, ingreso que según Freud solo es posible solo a través de la hostilidad con la madre.
La culpa es el correlato de esta posición.
EL ABANDONADO. Siente que la separación es la catástrofe final. Nada puede sustituir esta perdida.
Se idealiza el pasado.
La agresividad paranoica es el correlato de esta posición.
Del llanto de la traición, a la furia redentora.
Ambos niegan que cada uno tiene la pareja que se merecen.
Simplificando al máximo podemos señalar que en toda relación de pareja hay tres momentos evolutivos, el enamoramiento, el desenamoramiento y la evolución particular que allí se da.
El enamoramiento es la etapa de fusión, del amor-pasión, el grado máximo de completud narcisista. Es la consumación de la fantasía de la unicidad. Es decir dos idiotas irredentos.
Esta catástrofe del yo después de los cuarenta años bordea el ridículo.
El correlato es la negación de la castración simbólica.
Al sujeto en edad de merecer se le plantean dos opciones duras (eufemismo de imposibles).
Si elige al compañero por la vía del amor, obrara el error, siempre el deseo pifiara el objeto por el exceso de idealización del mismo.
Si elige por la vía del interés racional se le impone el aburrimiento con el objeto. El deseo no se compra.
A esta etapa le continúa lo que podríamos denominar el desenamoramiento.
Surge en el estar de la vida cotidiana. Se descubre la no realización del ideal matrimonial.
Corresponde al desacople del deseo y el amor. Se configura para el hombre la contradicción de madre santa-madre prostituta.
La esposa, la santa madre de mis hijos, es dignificada con el respeto, el coito normal, ( es decir breve y clásico ) o sea el sacrificio en aras del amor.
La amante, mi putita preferida, la pasión, es dignificada con mi tiempo, mi deseo, mi imaginación. Con ella todo vale.
Comienza a surgir un sentimiento que llamamos lo siniestro y que Freud describe como la esencia misma de la angustia.
Lo familiar y conocido, nuestra media naranja se nos vuelve extraña. No tenemos nada con el que cohabitamos. Nuestro compañero se nos transforma en lo que la teoría psicoanalítica denomina el doble.
La angustia es frente a un otro que no es tal, sino ante mi mismo recubierto con la imagen del otro, que es visto como extranjero, ajeno, insoportable compitiendo conmigo por un espacio vital.
Frente al doble o sea ante el otro que soy yo mismo, la exigencia de unicidad de la estructura narcisista me lleva a la agresión.
La única posibilidad es el aniquilamiento de otro (la pareja).
Pero esta agresividad se ve confrontada con el hecho que la separación implica tanto para el hombre como para la mujer la ruptura con la madre fálica.
Se llama fálica a la mujer que mantiene excluido al padre de la relación.
Es como un movimiento de tenaza, por un lado el no corte, de la relación simbiótica, la decoración del niño por parte de la madre y por otro la ruptura, el corte, conlleva la aceptación de la diferencia de los sexos o sea la castración de la madre fálica.
Frente a este nudo ambos participantes del drama fingen.
El abandonante finge aceptar el corte, hace la parada de la independencia y cuando lo logra empieza a aterrarse.
El otro finge aceptar la decoración por la madre, llora y pide que no lo abandonen, que sigue amando como el primer día, aunque luego de un tiempo descubre la posibilidad de la sustitución y con ello el alivio del dolor.
Cuando logran descubrir al fin, la trampa a la que están expuestos, y pueden aceptar que son dos seres diferentes, podrán saber de sus limites y rehacer un nuevo contrato tácito de relación o lograra separase, ahora si, mas civilizadamente. (Esto es pura expresión de deseos).

Octubre 1994.